La importancia de la Nutrición en la Mujer

La importancia de la Nutrición en la Mujer, sobre todo a partir de los 20 años.

La nutrición juega un papel fundamental en la salud de la mujer a lo largo de su vida. A partir de los 20 años, el cuerpo experimenta cambios metabólicos, hormonales y estructurales que hacen imprescindible una alimentación y nutrición equilibrada para prevenir deficiencias nutricionales y enfermedades futuras.

El impacto de la deficiencia de nutrientes en la salud de la mujer

La carencia de ciertos nutrientes esenciales puede tener efectos negativos en la salud ósea, muscular, hormonal y metabólica de la mujer. Una alimentación deficiente, junto con el consumo de bebidas azucaradas que contienen ácido fosfórico, puede favorecer la pérdida de calcio de los huesos y dientes, aumentando el riesgo de osteoporosis, incluso en edades tempranas. Esto es especialmente preocupante en la mujer, ya que su densidad ósea alcanza su punto máximo alrededor de los 30 años y comienza a disminuir posteriormente. Aunque con la atención adecuada se puede corregir.

Nutrientes esenciales para la salud de la mujer

  1. Calcio y Vitamina D: Imprescindibles para mantener una buena salud ósea y prevenir la osteoporosis. Fuentes ricas en calcio incluyen lácteos, almendras, sésamo, vegetales de hoja verde y pescados como las sardinas. La vitamina D, necesaria para la absorción del calcio, se obtiene principalmente a través de la exposición al sol y de alimentos como el salmón y el huevo.
  2. Hierro: Fundamental para evitar la anemia, especialmente debido a las pérdidas menstruales. Se encuentra en carnes rojas, legumbres, espinacas y frutos secos. Es recomendable combinarlo con vitamina C para mejorar su absorción.
  3. Proteínas de calidad: Esenciales para la regeneración celular, el mantenimiento muscular y la producción de hormonas. Se deben incluir fuentes de proteína animal (carne, pescado, huevos, lácteos) y vegetal (legumbres, frutos secos, quinoa).
  4. Omega 3: Contribuye a la salud cardiovascular y cerebral, además de ayudar a reducir inflamaciones. Se encuentra en pescados grasos, chía, lino y nueces.
  5. Antioxidantes (vitaminas A, C y E): Protegen las células del envejecimiento prematuro y refuerzan el sistema inmunológico. Se hallan en frutas y verduras frescas como zanahorias, naranjas, kiwis y frutos rojos.

Factores que afectan la salud de la mujer y estrategias para mejorarla

  • Factores hormonales y etapas de la vida: La menstruación, el embarazo, la lactancia y la menopausia son momentos cruciales en los que las necesidades nutricionales cambian. Durante estos periodos, es fundamental asegurarse de obtener suficientes vitaminas, minerales y proteínas para evitar deficiencias y mantener un buen estado de salud. Con la alimentación no siempre se logran cubrir todos los requerimientos, por lo que apoyarse en la complementación nutricional natural puede ser una excelente estrategia.
  • Consumo excesivo de bebidas azucaradas y procesadas: El ácido fosfórico presente en muchas bebidas carbonatadas interfiere con la absorción de calcio, debilitando los huesos. Optar por agua, infusiones naturales y batidos nutritivos es una alternativa más saludable.
  • Deficiencia de fibra, soluble e insoluble: Afecta la salud digestiva y el control del peso. Incluir frutas, verduras, legumbres y cereales integrales en la dieta mejora la regulación del sistema digestivo. En España y Europa se consume menos de la mitad (12gr) de la necesaria, que sería un mínimo de 30gr. Si creemos que no llegamos a esta cantidad se hace necesario complementarse con fibras específicas y de forma saludable.
  • Dieta baja en grasas saludables: Puede afectar la salud hormonal y la piel. Incluir aguacate, frutos secos y aceite de oliva virgen extra ayuda a mantener un equilibrio adecuado de grasas. Es importante equilibrar las grasas Omega 6 con Omega 3, y evitar así la inflamación que producen las Omega 6.
  • Estrés y descanso inadecuado: El estrés crónico y la falta de sueño pueden afectar el metabolismo y favorecer el aumento de peso. Practicar técnicas de relajación y asegurar un descanso de calidad son clave.

Conclusión

La alimentación de la mujer a partir de los 20 años debe ser equilibrada y rica en nutrientes esenciales para mantener su salud óptima a lo largo del tiempo. Pequeños cambios en la dieta y la reducción del consumo de alimentos perjudiciales pueden marcar una gran diferencia en la prevención de enfermedades como la osteoporosis, la anemia y los trastornos metabólicos. Además, debido a los altos requerimientos nutricionales en diferentes etapas de la vida, la complementación nutricional con productos naturales puede ser un gran aliado para cubrir posibles deficiencias y asegurar el bienestar a largo plazo.

Cuidar la nutrición desde edades tempranas es una inversión en bienestar y calidad de vida para el futuro.

Cuenta, si lo ves oportuno, con mi asesoramiento. Informarte y acompañarte es mi trabajo, «aunque es gratuito».

Buenos días, tardes, noches, desde donde te encuentres. Cuídate y ¡disfruta la vida!