4 errores a evitar a la hora del ejercicio

Autora: Samantha Clayton

1. Al principio ir demasiado rápido

A la hora de hacer ejercicio, la progresividad, sobre todo en cuanto a volumen e intensidad, es una de las mayores trampas en las que cae la gente. «Más» no siempre significa necesariamente «mejor», especialmente en el caso de los ejercicios de gran impacto como los saltos sobre cajón o de tijera.

Suele decirse que «menos es más» en muchas áreas del fitness. Exígete durante el entrenamiento, pero escucha a tu cuerpo y date cuenta de cuándo hay que bajar un poco el ritmo. Procura mantener un nivel de intensidad estable durante un par de semanas. Cuando te sientas a gusto, será el momento de pasar al siguiente nivel.

2. Ayúdate de entrenadores

Las lesiones por sobrecarga son muy comunes entre los deportistas profesionales e incluso entre los aficionados. La principal razón de que la gente las sufra es realizar una cantidad excesiva de ejercicios repetitivos. Los deportistas profesionales suelen tener un equipo que les ayuda a gestionar las repeticiones, las cuales suponen una parte necesaria de la preparación deportiva. Intenta evitar trabajar el mismo grupo muscular en días consecutivos. Si un día haces un entrenamiento de gran impacto, el día siguiente realiza ejercicios de bajo impacto. La variedad es la sal de la vida, así que sorprende a tu organismo con ejercicios de diferentes tipos.

3. Evita las pesas excesivas

No te sientas obligado a intentar levantar pesas que superen tu capacidad actual. Para saber si la pesa es excesiva, escucha a tu cuerpo. Si no puedes levantar la pesa con movimientos suaves y sin temblores, manteniendo una buena postura, o si necesitas contener la respiración, eso indica claramente que debes escoger una pesa de menor calibre.

4. Los partiditos entre amigos

Puede ser fantástico echar una pachanguita de fútbol o baloncesto en un polideportivo o parque de tu zona. Ahora bien, si hace meses que te pasas el día en el sofá o sentado en la oficina, quizá no sea la mejor idea. Es posible que tus rodillas, caderas o tendones de Aquiles no estén preparados para los movimientos bruscos de parada y arrancada y laterales que conlleva un partido de ritmo rápido. Calienta tu organismo con movimientos y estiramientos dinámicos y tómatelo con calma en los primeros partidos. Una vez que tu cuerpo se acostumbre al movimiento, puedes sacar el deportista de élite que llevas dentro y aumentar la intensidad de tu forma de jugar.

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Buenas días, tardes, noches, donde quieran que estén. ¡Sean felices!

1 Comentario
  • Amelia Vicente
    Publicado el 11:06h, 22 enero

    Como siempre Antonio, tu información es de gran ayuda, gracias por los consejos. Me gusto mucho, que tengo que escuchar a mi cuerpo???

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