¡Dime como te sientes, y te diré como tienes tú Microbiota Intestinal!

La Microbiota Intestinal

Según los científicos, la disbiosis (alteración del equilibrio intestinal producida por bacterias tóxicas en los intestinos) existente en nuestra microbiota intestinal es la causante directamente de enfermedades típicas en la sociedad de hoy, como la diabetes, la enfermedad de Crohn, la celiaquía, el cáncer de colon, las alergias. También se sospecha de estar involucrada en la hipertensión, la artrosis, la psoriasis, las enfermedades de Alzheimer y de Parkinson, el autismo y ciertos tipos de Cáncer, sobre todo es de Colon. Pero no hay que preocuparse, si no ocuparse. Al final hablaré de la forma de proteger y cuidar nuestra microbiota intestinal, mejorando nuestra salud y calidad de vida.

Hace año y medio, en septiembre de 2018, el Doctor y Científico David Heber nos dio una conferencia magistral sobre la Microbiota, dedicándonos dos horas de su intervención, después de 20 años de investigación. Apuntó que si el equilibrio entre las bacterias buenas (en un 85%), y las no favorables (en un 15%), varia en un 2%, comenzamos a tener problemas de salud como los que antes apuntaba.

Este desequilibrio está producido por la enorme cantidad de azucares, carbohidratos simples, las grasas saturadas, siendo estos, el alimento de las bacterias desfavorables, ayudando a aumentar el desequilibrio en nuestra microbiota, debilitando las defensas naturales y aumentando el riesgo de enfermedades.

También ayudan en este desequilibrio los químicos como conservantes, saborizantes, colorantes, las bebidas preparadas con alto contenido en azúcar y los químicos ya mencionados, el alcohol, el aumento excesivo de alimentos ultraprocesados, y los alimentos de origen animal como las carnes, que consumen muchas enzimas para su digestión y asimilación.

Es el resultado del nefasto cambio de vida durante los últimos 30 o 40 años, que junto a la contaminación y el estrés, el efecto maligno y contraproducente de los medicamentos, sobre todo los antibióticos y protectores estomacales, todo ello destruye las bacterias buenas y enzimas de nuestro microbiota.

Algunos indicios de disbiosis:

Si siente que algunos buenos alimentos le producen gases, que le cuesta hacer las digestiones, hinchazón, dolores de estómago, diarrea, o no va bien al baño, reflujos, que le apetece tomar dulces, se siente más cansad@, cree que envejece prematuramente, le cuesta bajar peso o más bien lo sube, pueden ser síntomas de que algo no está bien en nuestro intestino.

Aunque también es cierto que la desnutrición o falta de nutrientes en los alimentos, pueden ser los causantes de algunos de estos serios problemas.

“¿Quien sabe?, ¡lo mismo desaparece!”

No es una enfermedad que se pase con el tiempo, no es cierto, lo único que puede ocurrir es que empeore, si no hacemos lo adecuado. La medicina ayuda a paliar los síntomas recetando laxantes, antiácidos o los famosos protectores de estomago que no ayudan al digestivo, si no, más bien perjudica, y mucho.

Tener en cuenta que la mayoría de las defensas se producen en el intestino. Si las toxinas se van acumulando por todo el digestivo convirtiendo nuestro cuerpo en un vertedero y produciendo un efecto de putrefacción, según los científicos, debilitando las defensas y aumentando el riesgo de enfermedades.

También en los intestinos se produce el 90% de la serotonina, ¡la hormona de la felicidad! que ayuda a controlar las emociones. De ahí que uno se encuentre con falta de ánimo y muchas veces con depresión.

Afecta a tantos aspectos de nuestra salud que serían imposible enumerar en este post. Por tanto es importante controlar la disbiosis de nuestro digestivo, poniendo atención en todo lo que entra en él.

Si Usted se identifica con este problema, como millones de personas, y piensa que ya está haciendo todo lo que está en sus manos para mejorar su bienestar y no mejora, “no está todo perdido”.

Algunas claves para mejorar y beneficiar nuestro Microbiota intestinal:

  • Elimine el azúcar y carbohidratos simples de su dieta siempre que esté en sus manos, ya que favorece el desarrollo de la disbiosis, siendo el alimento y caldo de cultivo propicio para las bacterias malignas.
  • Evitar las grasas saturadas y trans que se acumulan por todos los rincones del intestino intoxicándonos (y aparte siendo causantes de serios problemas cardiovasculares).
  • Que no entren en nuestra casa alimentos precocinados o ultraprocesados, con pocos o casi nada de valor nutricional y cargados de conservantes, saborizantes y colorantes químicos. También con alto contenido de grasas saturadas, azucares y/o sal en exceso.
  • Se puede aconsejar alimentos fermentados, rápidamente nos imaginamos los lácteos, el problema es que al pasteurizarse mata los probióticos naturales, anulando sus beneficios.
  • Aumentar los alimentos procedentes de la agricultura ecológica, con lo que limitamos los contaminantes químicos que ingerimos.
  • En todas las comidas incorporar tanto vegetales cocinados como crudos, ensaladas coloridas, aportaremos fibra, encimas, y alguna vitamina y minerales.

Aún haciendo estos cambios necesarios para futuro, seguiremos sin corregir el problema que hoy nos tiene sin salud. Y los tratamientos que suelen aconsejar por parte de la medicina, suponen simples parches, porque se centran en los síntomas sin dar solución al origen del problema.

¿Que es lo que yo aconsejo?

Tomar probióticos, elegirlos con el máximo de cepas posibles, diferentes, y no menos de 7, con decenas de miles de millones de microorganismos por cada capsula.

Y prebióticos, destinados a alimentar las bacterias buenas de nuestro microbiota. Aunque también hay complementos, consumiendo alimentos vegetales altos en fibra, ya aportamos a nuestra dieta algunos prebióticos: como en las frutas “maduras” de temporada, las fantásticas legumbres, verduras, crucíferas: brócoli, coliflor, col rizada, repollo,… y cereales bajos en gluten como: arroz, mijo, quínoa, alforfón, espelta,…

¿Por dónde comenzar?

  • Equilibrar la alimentación: Evitando lo que perjudica a mi microbiota intestinal y comer y beber lo que le beneficia.
  • Aportar complementación de fibra soluble e insoluble (según la OMS, tomamos menos de la mitad de la fibra necesaria), no es fácil aportar la cantidad de fibra que diariamente necesitamos.
  • Y después de limpiar nuestro tubo digestivo, nada mejor que el Aloe Vera, para regenerar las vellosidades intestinales, ayudar a la digestión, protector del estomago y mil funciones más, preparando las vellosidades para absorber los nutrientes.

Si desea ampliar la información pinche aquí y contestare a sus preguntas, y le ayudare si así lo desea.

Si ve interesante esta información, ayúdeme poniendo su comentario y dando like.

Buenas días, tardes, noches, donde quieran que estén. ¡Sean felices!

4 Comentarios
  • Amelia Vicente
    Publicado el 13:23h, 13 enero

    Que interesante y útil esta información, a mi antes me pasaba muchas de las cosas que aquí describes y cierto es que con los cambios que he hecho, algunos o la mayoría de los que aquí apuntas, he mejorado de una forma espectacular. Gracias Antonio

  • Antonio
    Publicado el 18:01h, 13 enero

    Como me alegro Amelia, Cuando tienes la información puedes decidir y tomar acción.. Gracias por tu comentario!

  • Mar
    Publicado el 17:40h, 15 enero

    Me ha parecido muy interesante, me siento identificada con alguno de los malos hábitos y problemas que describes Me gustaría tener más informacion, Como me puedo poner en contacto contigo?
    Gracias

  • Antonio Varas
    Publicado el 16:48h, 30 enero

    Gracias Mar, sí son problemas comunes en la sociedad, aunque con algunos cambios pueden corregirse y llevar una vida normal y Saludable. Para contactar conmigo pulsa en el logo de Whatsapp que está a la derecha y escribe «contáctame» o al email, feliz día ?

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